Tener un huerto en casa es toda una experiencia. No solo refresca y llena tus ambientes de aromas deliciosos, sino que además te permite proveerte de frutas y vegetales súper frescos para tu consumo diario.
El reto de estar bien también incluye asumir tu alimentación de una forma respetuosa y consciente. Y qué más que hacerlo sembrando alimentos libres de fertilizantes y químicos.
¿Te unes al reto de hacer tu primer huerto en casa? ¡Sigue estos 4 pasos!
- Escoge el espacio y los recipientes
Lo primero que debes considerar es tu espacio disponible en casa. Este determinará el tamaño de tu huerto y el tipo de recipiente que debes usar para obtener buenos resultados.
Si vives en un departamento, lo más idóneo es que hagas tu huerto en el balcón o quizás en un rincón de tu cocina. Para estos espacios pequeños lo mejor es usar macetas y/o jardineras porque ocupan menos espacio. Siempre cuida que éstas tengan agujeros para que el agua drene. Esta es la opción más fácil y amigable para principiantes.
Si acaso tienes una terraza o un jardín, entonces puedes usar mesas de cultivo o sembrar en la tierra. Para estas opciones necesitarás un poco más de inversión económica, más tiempo y también más experiencia.
Una vez escogido tu espacio y tus recipientes, seguimos con la tierra y las condiciones de luz.
- Busca la mayor entrada de luz natural y elige la tierra
Los cultivos requieren de luz natural constante. Es por eso que debes encontrar los espacios adecuados donde tus plantas reciban luz, aunque sea la mitad del día.
Al momento de organizar las macetas y jardineras, siempre cuida colocar las más altas mirando hacia el norte para evitar que su sombra se proyecte sobre los cultivos más bajos.
Rellena tus macetas con sustrato. En el mercado hay de muchos tipos, busca uno que retenga el agua de forma eficiente y que sea rico en nutrientes. También asegúrate de que sea ligero y poroso para permitir el paso de oxígeno en la tierra.
- ¡A sembrar!
Para huertos caseros hay muchas opciones de semillas que puedes encontrar fácil en viveros o tiendas especializadas. Puedes sembrar frutas pequeñas como fresas o moras. Otra buena opción es escoger hortalizas como tomates, lechugas, cebolla china o ajíes. O hierbas aromáticas como tomillo, albahaca, laurel, toronjil o romero.
Antes de comenzar, primero tienes que germinar las semillas que seleccionaste. Para hacerlo puedes usar los empaques de cartón de huevos, las mismas cáscaras de los huevos o incluso papel húmedo. Solo agrega un poco de sustrato, unas 3 o 4 semillas y listo. A los pocos días comenzarán a brotar y podrás trasplantarlas a tus macetas.
- El riego es fundamental
Una vez sembradas tus semillas en las macetas debes regar con agua con regularidad. En verano tendrás que regar tu huerto a diario. En cambio, en otoño e invierno, solo deberás regar con agua 3 veces a la semana. Sin embargo, la observación de tus plantas y el grado de resequedad o humedad de la tierra serán buenos indicadores.
¡Y listo! No es difícil ni costoso y lo puedes comenzar este mismo fin de semana. Es una actividad relajante e inspiradora que además te traerá muchos beneficios.
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